Los vecinos se movilizan y presentan alegaciones por el alto impacto social y ambiental. Defienden la alternativa pública ya en desarrollo
Todo el Ensanche Oeste de Torre del Mar, desde residentes y sectores educativos hasta hosteleros y promotores inmobiliarios, se ha movilizado para presentar alegaciones contra la desaladora privada promovida por la empresa MAGTEL para la comarca malagueña de la Axarquía. Consideran que la ubicación de instalaciones en el barrio supondrá un grave impacto social y ambiental.
El proyecto contempla instalar una estación de bombeo en una parcela colindante con el paseo peatonal y un parque infantil, a escasa distancia de edificios de viviendas y de un Instituto de Educación Secundaria. Se trata de una parcela no urbanizable y de especial protección por ser zona inundable. De hecho, este mismo invierno ha vuelto a anegarse tras desbordarse el río Vélez. Esta ubicación ha generado preocupación entre la población, no solo por este riesgo, sino también por los efectos del bombeo: ruido, vibraciones, emisiones térmicas y alto impacto visual, especialmente por su cercanía a zonas residenciales.
Además, el proyecto incluye un emisario y un inmisario submarinos en la playa del barrio, área declarada de Regresión Grave por el Ministerio para la Transición Ecológica debido a la erosión anual. Esto supone riesgos ambientales y de seguridad, como la posible rotura del emisario, con daño al ecosistema marino y al humedal del delta del río Vélez.
A estas objeciones se suma que ya está en marcha un proyecto de desaladora pública con capacidad inicial de 25 hectómetros cúbicos anuales (la mitad para riego agrícola) y posibilidad de ampliarse a 50 hm³. Esto hace innecesaria la construcción de una segunda planta.
Los vecinos solicitan a la Junta de Andalucía que rechace la concesión de ocupación del dominio público marítimo-terrestre para este proyecto privado, y piden acelerar la desaladora pública ya planificada.
El Gabinete de Estudios de la Naturaleza de la Axarquía también se ha opuesto al proyecto privado por ser, según indica, innecesario, inviable legalmente y perjudicial para el medioambiente.