(Moisés S. Palmero Aranda, Educador ambiental) Esta semana la inteligencia artificial del móvil me ha mandado artículos relacionados con la caída de Rubiales, la llegada de la India al polo sur lunar, y la Superluna azul que brillará en el cielo esta semana. Ahora no soy capaz de separar una cosa de otra, y cuando me pongo a hablar de astronomía me aparece Rubiales, y viceversa.
Sé que no tengo que preocuparme, que esto es muy típico en nuestra tierra, donde, infectados del síndrome del cuñado, estamos acostumbrados a mezclar temas, y a reírnos de cualquier cosa. Y como son temas delicados los que se derivan del beso, las declaraciones y los gestos del tocapelotas confeso y arrepentido, he decidido darle un toque más científico y elaborar una guía básica sobre conceptos astronómicos que Rubiales debería conocer.
El primero es que el futbol gira alrededor de las estrellas, que son las que tienen luz propia y en este caso son las jugadoras. El resto de planetas y satélites, tienen gran influencia en la estabilidad del sistema, pero dependen del brillo, del calor, de la atracción de la estrella para generar la vida, continuar orbitando a su alrededor y no perderse en el vacío. Sin ellas, nada sería posible.
El tamaño de las estrellas depende de la distancia y la perspectiva del observador. Muchas parecen pequeñas e insignificantes, pero cuando te acercas comprendes lo equivocado que estabas. La roja Antares, el corazón de la constelación del Escorpión, es 12 veces más grande que el Sol, o Deneb, la supergigante blanca, la cabeza del Cisne, son 210 soles. Infravalorarlas, como has hecho con Alexia, Jenny, Mapi y el resto de jugadoras y entrenadoras que conforman el futbol femenino, ha sido un gran error.
Se puede eclipsar a una estrella, pero es algo temporal, porque cuando continúa el movimiento, ya sea de la Luna, la Tierra o el de una calva lustrosa, la luz sigue su camino, dejando en evidencia que tú careces de ella.
Vivir en la ignorancia, creyéndote el centro del Universo, porque ves un puñado de satélites girando a tu alrededor, pensando que con los astros que caben en tus manos será suficiente, creando leyes, falsos ídolos y dioses imaginarios para explicar tus limitaciones y dominar a tus adversarios, a los que compras su silencio, le llenas sus estómagos con tus migajas , haciéndolos vivir de rodillas bajo amenazas de quemarlos en la hoguera si osan llevarte la contraria, no ha sido suficiente. La inteligencia, el tesón, la ciencia, ha demostrado el engaño que viniste a cambiar y en el que te has acomodado sin escrúpulos ni vergüenza.
Todos esos periodistas, los satélites artificiales que pagaste para protegerte, recabando y lanzando información, una vez inutilizados, cuando se han sentido ofendidos por tus palabras, se han convertido en basura espacial que ha quedado orbitando a tu alrededor. Una auténtica amenaza, y vergüenza, para ti y para ellos mismos.
La Luna se formó por el choque de un cuerpo del tamaño de Marte con la Tierra, creando un gran disco de acrecimiento, un cinturón de gases, polvo y rocas, que se fusionaron para crear nuestro satélite. Puedes pensar que tu caída se formó de la misma manera, que el beso fue el gran impacto, y todos los errores cometidos después, fueron las partículas que quedaron flotando. Pero tu caída está conformada desde el mismo momento que llegaste a la Federación, con la compra de voluntades y votos, las orgías, las estafas a la arquitecta de tu casa, las decisiones déspotas y machistas que marcaron nuestro devenir en la competición, las grabaciones para chantajear a todo el que te llamaba, o los negocios para privar a los aficionados de ver a sus equipos luchar por la Supercopa de España.
En estos momentos estás descubriendo que solo eras un insignificante grano de arena en el espacio, que mientras cruzabas la atmósfera brillabas como una estrella, pero solo fue el fugaz brillo de tu desintegración.
Estuviste a punto de alcanzar la Luna, pero en los últimos 20 minutos de terror, como le pasó a los rusos, no supiste frenar a tiempo, y te estrellaste cuando ya parecía que habías alcanzado tu objetivo.
Has generado una supernova en el futbol mundial que ha abierto un agujero negro. Confío que no solo te trague a ti, sino que también haga desaparecer a toda la basura espacial que se ha dejado manejar por ti, al entrenador que no quieren ni sus jugadoras, ni su equipo técnico, a todos los que te acusan con la boca pequeña, a los que guardan un silencio cobarde, a los que se ponen de puntillas para que la sangre no le salpique, a los que te utilizan de estandarte para defender sus causas políticas, a los que no tienen el valor para decirte lo que todas las jugadoras te gritan, ¡se acabó!